El reconocido jugador y coach Jonathan Little analizó junto a Dan Cates una de las razones por las que muchos jugadores no logran progresar: estudian sin comprender, repiten sin pensar y terminan estancados en el mismo punto.
Para Little, el enfoque actual del aprendizaje se ha vuelto excesivamente técnico y poco consciente. “Memorizar tablas no te hace mejor, te hace dependiente”, afirmó. Y esa dependencia, según él, es la que impide que muchos evolucionen más allá de la teoría.
Cuando estudiar se vuelve una trampa
Little fue tajante: “Si eres malo en póker, jugar más no te ayudará. Solo perderás más dinero más rápido”.
Su consejo apunta a cambiar la mentalidad: hay que aprender a pensar antes de jugar. Muchos grinders estudian por rutina, sin detenerse a evaluar si realmente entienden lo que aplican o si simplemente imitan las decisiones de una simulación GTO.
Según Little, el error más común es estudiar para parecer profesional, en lugar de estudiar para ganar dinero y nos propone un equilibrio: dos horas de juego por cada hora de estudio, una proporción que permite transformar los conceptos en decisiones reales y no en repeticiones automáticas.
Más allá del GTO: el poder de adaptarse
Tanto Little como Cates coinciden en que el GTO es un punto de partida, pero no una ley inquebrantable. “El póker en vivo es todo menos equilibrado”, recordó Little. Los jugadores cometen errores, se sesgan y muchas veces actúan por intuición más que por lógica.
Para ambos, el póker sigue siendo un juego profundamente humano, donde la información técnica solo funciona cuando se combina con lectura, instinto y observación.
Little advirtió también que quienes se refugian en la teoría terminan perdiendo su estilo propio. “Hay que aprender las reglas, pero también saber cuándo romperlas. Si todos juegan igual, el único que gana es el rake.”
Pensar más, memorizar menos
En la parte más reflexiva del diálogo, Little habló del valor de mirar hacia adentro: “La verdadera mejora llega cuando identificas tus propias fugas antes de que otros lo hagan”.
El póker, según él, actúa como un espejo: cuanto más reconocés tus patrones, mejor jugás.
La conversación cerró con una de sus frases más potentes:
“Estudiar sin conciencia es como correr en una caminadora: te cansás, pero no avanzás.”
En definitiva, ambos coincidieron en que el futuro del póker no pertenece a quienes memorizan más combinaciones, sino a quienes piensan con claridad, se adaptan y se animan a dejar de hacer lo que todos hacen.
 
								 
								

